Asi Empezó Todo...¡

Nuestra relación comenzó hace ya varios años, y desde el inicio supe que no resultaría fácil, mas, sin embargo entendí que sería realmente interesante, cada una trataría de imponerse sobre la otra y no daría su brazo a torcer.
Ahora viendo las cosas en frio, puedo afirmar que esta relación nos ha permitido crecer, superar obstaculos y ser como somos. La diferencia de edad no es relamente significativa, la clave está en los roles que nos ha tocado desempeñar en esta relación tan estrecha, sin dejar de lado los otros que la vida nos ha impuesto, en algunos casos y brindado en otros.Pese a eso y a la distancia que a ratos nos separa, siempre hemos estado juntas en los momentos claves de nuestras vidas.
Las personas en nuestro entorno notan, tanto el gran parecido como la gran diferencia entre nosotras.
...Una vez, cominando por la zona de transito del Aereopuerto de Maiquetía unos jóvenes que pasaban frente nuestro se impactaron tanto... que nos causo risas.
Viviamos momentos trascendentales en nuestras vidas. Ella cerraba una puerta de manera definitiva, yo, abría una con toda la ilusión con que se puede asumir algo. Me pidió ayuda y tomando el primer avión que pude atendí a su llamado. En dos días, juntas recogimos lo que consideramos necesario y ahora... esperabamos en la zona de transito del aereopuerto para tomar el avión de regreso.
Distraidas como somos, no nos dimos cuenta de la expresión de esos guapos jovencitos al vernos, pero Marie, quien nos acompaña siempre desde hace ya varios años, muerta de risas nos hacía señas. Las expresiones de sus rostros eran todo un espectáculo, y uno le dijo al otro:

- ¿Viste? ¡Es la misma mujer por duplicado!
y el otro, igual de asombrado, pero más intuitivo, respondió:
- No,... es la misma mujer, pero en tiempos diferentes... aún cuando son identicas, hay algo, no se, que las hace diferentes.

Obvio, somos madre e hija, y fisicamente es comprensible que nos parezcamos, aunque nos separen 18 años, roles y gustos diferentes; pese a eso tenemos mucho en común, hemos influido tanto la una en la otra que a ratos asusta.
Cada una tiene su vida, vivimos a más de ochocientos kilómetros de distancia y ninguna permite que la otra se inmiscuya en sus cosas sin permiso. Pese a eso ahora asumimos este reto...
Escribir nuestras impresiones, que bien podrían ser de dos mundos diferentes. Uno en la gran ciudad y otro en un pueblo recóndito al borde de la selva...
Vamos a ver que resulta de esto.