Son las 9:00 P.M, agotada al máximo camino por las calles del centro de mi pueblo, las calles son las mismas de siempre, una que otra casa vieja ha sido derrumbada y en su lugar se levantan locales comerciales que por la hora se encuentran cerrados y las calles desiertas.
Después de una jornada que inicia diariamente a las 6:30 A.M y que debería terminar a las 5:45 P.M. pero ahora gracias a las dichosas "jornadas", dos días ala semana se extiende hasta las 9:00 P.M y para colmo de males el carro está dañado y hay que recurrir al transporte público para cruzar el pueblo entero hasta mi casa.
Al pasar frente a la Plaza Bolívar observo en la penumbra las siluetas de varias parejas, al enfocar la mirada destaca el uniforme escolar, cruzo la calle y paso frente al antiguo local donde funcionó el Cine Principal, convertido en un supermercado chino. Afuera se acumulan grandes cantidades de basura y varios perros callejeros husmean entre ella, una que otra rata se asoma con sus ojos brillantes y vuelve a esconderse. En este punto del camino dudo ¿ que acera elegir para continuar? la de la derecha o la de la izquierda, decidí caminar por la calle, la razón de tan arriesgada decisión fue que en la acera de la izquierda dormía profundamente un indigente y la verdad no tenía la menor intención de despertarlo, en la acera derecha un local que en el día permanece cerrado a estas horas abre sus puertas a su público particular.
Las luces de un carro me alertan que debo subir a la acera. Es un taxi, se baja una pareja y apresuradamente ingresan al local iluminado por una tenua luz roja; de una puerta lateral del mismo establecimiento sale otra pareja discutiendo, la chica se queja porque ese no fue el precio acordado.
Desde alli observo la última cuadra que falta recorrer y agradezco profundamente a los antiguos habitantes del pueblo, que en 1.762 construyeron el casco central , por lo pequeño de esas cuadras. En la esquina la luz de un poste ilumina la silueta de una mujer, vestida con un diminuto short de blue jeans y una franela que sólo alcanza a taparle los senos, muestra un cuerpo que debió ser hermoso pero el paso de los años, varios partos y una vida dura han dejado su huella. Montada en unas sandalias de tacón alto hace malavares para no perder el equilibrio al caminar y mantener a buen resguardo dos cervezas, la que esta ingiriendo y otra para más tarde. Cuando la rtengo en frente quedo asombrada por el rostro excesivamente maquillado de una jovencita que escasamente tendrá 16 o 17 años.
Continuo caminando, los hombros me duelen y el cuello parece las cuerdas de un arpa, al cruzar la calle un intenso olor golpea mis fosas nasales, es una mezcla de orines, cerveza y no se qué mas. La calle está oscura y sólo se ilumina en algunos tramos por los cuadros de luz amarilla que sale de los locales, tres bares en una acera, un salos de pool y un hotelucho en la otra. La musica estridente retumba en mis oidos, vallenatos, boleros,regeton se confunden con las risa y los gritos de los clientes, apresuro el pas, una brisa fria choca mi cara y un escalafrio recorre mi espalda, veo el final de la cuadra, sino fuera por mi columna remendada terminaría el camino corriendo, las instalaciones del INCE quedan a un lado y me parece que la imagen del Che pintada en la pared se sonrie picara cuando paso como si se burlara de mi...
Ufff... Llegue al final, la calle se ilumina y se ensancha, desde la esquina veo mi casa paterna completamente iluminada, la puerta abierta y dentro papá, mamá y mi esposo que me espera para juntos tomar el taxi que nos llevará de regreso a casa. Al entrar veo sus rostros sonrientes y ellos me preguntan: ¿qué te pasó? ¿por qué esa cara? claro estan acostumbrados al buen humor que me caracteriza hasta en los peores momentos, pero hoy no estoy para eso.
La experiencia vivida duró escasos 10 minutos, pero fue tan intensa que por momentos me sentí como Sofía Amundsen sólo que sin la ayuda de Alberto Knox en su aventura en el mundo de Sofía.
¿Será que parte de nosotros somos como Sofía? Habitantes de un mundo irreal producto de la imaginación de alguien ¿Será coicidencia que el mundo de ellos fuese pensado por un mayor? ¿no es suficiente lo que estamos viviendo? ¿aún falta más?
3 comentarios:
Elige la pastilla roja o la azul, Neo...
jejejejeje
Lamento mucho tu travesia nocturna por la zona de tolerancia, jejejej!
Yo creo que no debemos quejarnos mucho, aquí en Niza puedes ver lo mismo que pasaste tu durante esos 10 minutos, y te cuento algo si vas al aeropuerto de Niza en la noche o en la mañana de repente conseguirás en la vía carros parados de lado y lado de la vía y no es porque están estacionados, es porque están allí con alguna prostituta o con algún gay, cualquiera de las dos cosas es factible.
Siempre ha pasado lo mismo en cada siglo y década del mismo, veremos las miserias del ser humano deambulando por las calles.
Así que ánimo y no te quejes que eso pasa en el mundo entero.
Saludos!!
tri tienes razón, pero en este pueblo todo fue tan tranquilo hasta hace poco tiempo, que realmente impacta una experiencia como esta. Gracias por tu aliento.
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